CULTURA WARI
CULTURA WARI
Wari o Huari fue una civilización andina que floreció en el centro de los Andes aproximadamente desde el siglo VII hasta el XIII d. C., llegando a expandirse hasta los actuales departamentos peruanos de Lambayeque por el norte, Arequipa por el sur y hasta la selva del departamento del Cusco por el este.La ciudad más grande asociada con esta cultura es Wari, que se encuentra ubicada unos 15 kilómetros al noroeste de la actual ciudad de Ayacucho. Esta ciudad fue centro de un imperio que cubría la mayor parte de la sierra y la costa del Perú actual. El Imperio wari estableció centros arquitectónicos distintivos en muchas de sus provincias, tales como Cajamarquilla o Piquillacta. Es, junto al Imperio incaico, una de los dos únicas culturas consideradas «imperiales» aparecidas en el hemisferio sur.Su principal actividad era de carácter militar. Combatieron a lo largo y ancho del territorio peruano, conquistando los diversos señoríos de su tiempo. También tuvieron grandes centros religiosos como Pachacámac.MetalurgiaExisten vestigios de trabajos metalúrgicos wari en oro, cobre y bronce, utilizando las técnicas del vaciado, forjado, laminado, martillado y repujado.Algunos autores sostienen que el trabajo metalúrgico en Wari tuvo antecedentes tiahuanacotas, en cuanto a las técnicas utilizadas; otros sostienen que la metalurgia en Wari tiene sus orígenes en Waywaka, un sitio arqueológico ubicado en Andahuaylas e investigado por Grossman, en donde se encontraron piezas de metal de mucha antigüedad.Algunos de los trabajos metalúrgicos más complejos de la cultura wari fueron hallados en el sitio de Conchopata por Denise Pozzi-Escot y analizados por Ríos. Se trataría de un taller metalúrgico dedicado al trabajo del oro y el cobre, cuyo principal producto fueron los «tupus» o «topos», la cantidad de estos «tupus» es abundante en el sitio de Conchopata, pero estos tupus de similares características también fueron encontrados en Huamachuco, Jargampata y Azángaro, por lo cual se piensa que Conchopata fue un centro de producción a gran escala de estos artefactos.La ciudad de WariVista del complejo arqueológico Wari.Piedra wari.Momia wari en el Museo Antropológico.La ciudad de Wari fue la capital del estado del mismo nombre. Se encuentra a unos 15 km de la actual ciudad de Ayacucho. El núcleo urbano de Wari alcanzó durante la «época 2» un área de ocupación de unas 2000 hectáreas (su mayor expansión) de la cual quedan como vestigios arqueológicos varias callejuelas con templos amurallados, patios ocultos, tumbas reales y edificios de viviendas de varios pisos1 que forman actualmente el complejo arqueológico Wari.La mayoría de los edificios estaban cubiertos de yeso blanco, con lo cual la ciudad resplandecía al sol de las montañas.A medida que su población fue creciendo (algunos arqueólogos creen que llegó a tener unos 70 000 habitantes),[cita requerida] también creció en importancia como ciudad sede del poder político. Inicialmente la ciudad debió reducirse a un centro administrativo con funciones políticas y religiosas. Según la evidencia arqueológica, la cultura wari declinó en importancia hacia el 1000 d. C., desconociéndose a ciencia cierta cómo y por qué fue finalmente abandonada.Ante la baja productividad de la tierra se realizaron importantes obras de canalización y drenaje y sobre todo se crearon terrazas agrícolas que ampliaron notablemente la superficie cultivable. Estos andenes, construidos en las laderas de los cerros, suelen ubicarse cerca de los complejos urbanos, principales y secundarios, ya que satisfacían las necesidades de consumo de estos.TEXTILERIALos tapices Wari que datan de aproximadamente 500 a 900 años d.C. se encuentran entre los textiles más finos del mundo. Su excepcional calidad no sólo reside en su belleza estética sino en el contenido iconográfico.Rebecca Stone explica que los tapices Wari eran verdaderas obras de arte ambulantes que transmitían un mensaje estético, estructural e ideológico. Ella dice que el número de hilos es alto y el tejido sumamente regular y preciso. Los colores brillantes son directamente combinados para graficar formas abstractas de mucha fuerza.Función ritual, funeraria y políticaLas túnicas wari fueron utilizadas tanto para la vida como para la muerte. En vida eran trajes usados exclusivamente para ceremonias religiosas o rituales. También se cree que el estado las utilizó como vehículos de transmisión de la religión Tiahuanaco-Wari. Es decir, que los sacerdotes, a modo de misioneros, portaban un cosmos ideológico sobre sus hombros. De la misma manera el difunto que era enterrado con estas túnicas se llevaba a la otra vida la ideología del dios de las Varas.La vibración del colorLos tapices fueron hechos tanto de algodón como de lana de camélidos. Los más finos son de lana de vicuña. Los colores están muy bien armonizados. Encontramos el rojo-escarlata que lo conseguían de la cochinilla; el azul-turquesa y toda la gama de amarillos, anaranjados y ocres llegando hasta el marrón.Los colores de los tapices están combinados con tal fuerza que parece que tuvieran la intención de liberarse de la forma para transformarse en pura vibración. Cuando aparece el colorido de los textiles wari nos encontramos cara a cara con la vibración de la luz.TEXTILERIA WARIA primera vista podríamos decir que los diseños se presentan como un juego de formas abstractas. Vemos bandas marrones intercaladas con bandas multicolores de decoraciones con formas no figurativas a la usanza del mejor arte abstracto actual. Sin embargo, al examinarlos con detenimiento, nos encontramos con la descomposición de los seres míticos de la religión Wari: ojos, colas y dientes de felinos, garras, picos y alas de cóndores y nos damos cuenta que toda esta iconografía se encuentra sintetizada de manera abstracta en estos tapices multicolores. Con esta mirada la vibración de la luz pasa a un segundo plano y aparece el contenido. Francisco Stastny, gran estudioso del arte peruano señala que más que un juego puramente decorativo se adivina un esquema altamente intelectual, trazado matemáticamente y sin duda con un escondido contenido ideográfico.Los tejidosLos tejidos Huari fueron hermosísimos y se distinguieron por sus colores brillantes. Se trabajó el brocado, el patrón de urdimbre, telas dobles y telas pintadas y muchas otras técnicas más. Pero la especialidad de los huari fueron los tapices que son conocidos por estar entre los más finos del mundo. Hay tejidos de 112 hilos por trama, lo que significa el uso de hilos de 0.1 mm. de espesor.Arquitectura Wari
Arquitectura Wari Arquitectura WariLa arquitectura Wari es importante por sus construcciones urbanísticas. La planificación urbanística se concentró en construir y desarrollar centros urbanos, estos fueron edificados en los territorios conquistados por Wari.Diseño Urbanístico:En su diseño urbanista Wari, se emplearon:✍ Plazas.✍ Canchones.✍ Corredores.✍ Cuartos Rectangulares.✍ Galerías.✍ Barrios.✍ Cámaras subterráneas.CERÁMICA DE LA CULTURA WARILa cerámica wari tiene una clara influencia Tiahuanaco, y es a partir de Ayacucho que se expandió a través de los territorios conquistados.
Son cuatro los estilos que predominan en el Horizonte Medio: Conchopata, Robles Moqo, Chakipampa y Viñaque. Ello implica que en un mismo lugar se puedan encontrar varios estilos cerámicos.
El estilo Conchopata se basa en grandes urnas de unos 80 cm. de largo destinadas a servir como repositorio de ofrendas.
En su parte externa se ven personajes similares a los de la Portada del Sol de Tiahuanaco. El estilo Robles Moqo procede del mismo Huari, se basa de urnas, cántaros, vasos y figuras de llama, con decoraciones geométricas y naturalistas, donde también están presentes los motivos
El estilo Chakipampa, de influencia Nazca, es ordinario y no tiene el carácter ceremonial de los anteriores. Se basa en botellas pequeñas, vasijas modeladas como tubérculos o figuras humanas, decorada con colores blanco, crema, púrpura y gris.
Finalmente, el estilo Viñaque procede de la ciudad de Huari, y es considerado un producto de la expansión, pues reúne varios sub-estilos de zonas de Nazca y Lima, además de elementos Robles Moqo y Chakipampa.
Sus principales formas son los cuencos semi emiesféricos, cántaros con cuellos-efigie y botellas de dos cuerpos, y sus motivos son cabezas de felinos vistas de perfil, plantas estilizadas, cráneos, entre otros.
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